jueves, 17 de octubre de 2013

Turismo y rock

Cerca de las diez de la noche, y como si no hubieran pasado casi dos años desde su último show, el Indio volvió a escena con un golpe al corazón ricotero. Abrió el recital con el tema Luzbelito y las Sirenas, y enseguida peló Todo preso es político, y al ratito la monada estaba delirando con Yo caníbal.

150.000 almas, según estimaciones de las autoridades y medios provinciales, saltando, bailando y cantando bajo una fina lluvia que por momentos fue agua nieve por la baja temperatura: 0º.

Seis pantallas repartidas por el predio más otras tres sobre el escenario, se encargaron de llevar imágenes del show a todo el autódromo. Es que a 150 metros del escenario, hacia el sur, el sonido se perdía en remolinos de viento que por momentos cedían y dejaban escuchar a pleno.


Frases como "Fue por una lluvia que realmente moje...", "está para desatar nuestra tormenta... que va a tronar por el dolor", o la canción Todos a los botes, o bien Ceremonias en la tormenta, tomaron una connotación literal en la noche. De hecho el Indio hizo varias referencias al frío y al viento que cortaba el escenario.

El Indio anunció dos breves intervalos para secar el escenario, porque "no está bueno para jugar acá arriba", se justificó. Las imágenes en las pantallas le daban la razón. Su gorra, la ropa de los músicos empapada de gotas le daban un marco aún más épico a una noche que costará olvidar.

Y no solo por la tempestad, sino también por los problemas en el sonido apenas iniciado el show, y algún desperfecto sobre el final. También porque Solari equivocó en varios temas la letra, o la olvidó, pero sonrió y el público cantó por él.




"Que mala pasada nos jugó el tiempo che", admitió el calvo. Lo mismo la marea humana en la que se convirtió el autódromo de San Martín vibró y gozó con tanto rock de las mejores épocas.


Del repertorio ricotero, Indio y sus Fundamentalistas del Aire Aconpdicionado se lucieron con Gualicho y Pituca, rockearon con Divina TV Fuhrer y Mariposa Pontiac, y hasta silenciaron a la mutltud con Blues de la libertad.

El ex Redondos lució entusiasta, habló bastante con su público, agradeció, y hasta bromeó con que "se me congeló la lengua". De ella volvieron a salir las frases que hacen delirar a sus feligreses, que ya adoptaron como clásicos también temas de su etapa solista.


Pabellón séptimo, El Tesoro de los Inocentes o To beef or not to beef resplandecieron en las voces de todos, como himnos. Claro que no faltó la canción a la bandera que es Juguetes Perdidos y el final a luz prendida con Ji ji ji. "Esta noche sí será el pogo más grande del... universo", bramó el Indio antes de la despedida.

Así, todos mojados y fríos por afuera los 150.000 cuerpos que calentaron el motor del alma en ese templo en el que convirtieron el autódromo de San Martín. Y todo por un puñado de entrañables canciones que guardarán en sus oídos hasta el próximo encuentro, donde su deidad del rock los convoque.


fuente: 
http://www.diarioregistrado.com/espectaculos/79148-el-indio-solari-dejo-su-perfume-en-mendoza-bajo-una-tempestad.html

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